domingo, febrero 14, 2010

14


Hace mucho tiempo, allá por el siglo III, hubo un lugar donde se le prohibía a los soldados (romanos) el contraer nupcias, esto con el fin de que no tuvieran una atadura durante las batallas y pudieran pelear con arrojo y entereza. Como todos los que se pasean por este blog saben, en la Roma del siglo III el cristianismo no era una práctica popular, al contrario, aquellas personas que lo practicaban eran perseguidas, ridiculizadas y finalmente enjuiciadas o acribilladas.
Es precisamente en esta época donde se sitúa el inicio de los festejos del día de San Valentín, ya que durante este periodo, un sacerdote cristiano de nombre Valentín se dedicó a casar a las parejas romanas y de paso predicar su doctrina...

¿Por qué tanto choro? Bueno, desde que tengo uso de razón se han realizado los intercambios, y nunca ha faltado la niña mamona y cursi que dice con tono súper fresa "¿por qué no festejas el día del amor y la amistad?, ándale, entra al intercambio".

Siempre me había preguntado si este festejo tenía un trasfondo o simplemente había sido inventado por las compañías para que se vendieran peluches ridículos, globos con helio que terminarán en el cajón haciendo espacio o algún animal lo encontrará en uno de los tantos tiraderos de basura y se morirá, no por comerlo, sino por lo ridículo que se ve. Sin tomar en cuenta que cada globo tardará más de 100 años en degradarse...

Afortunadamente sí existe un trasfondo y no es una pendejada como el día del taco...

Como sea, Valentín fue encarcelado y ejecutado un 14 de febrero (yeah, ahora sí se pone buena la historia) y se supone que por esta razón es que se celebra el día de los enamorados ese día, en memoria del valiente sacerdote que fue en contra de las leyes romanas defendiendo el derecho de los soldados romanos enamorados a casarse.

Durante el siglo V la iglesia (cristiana, por supuesto) retoma la historia de Valentín, la cual había sido olvidada, para apagar una festividad pagana que se realizaba el 15 de febrero que tenía que ver con emparejarse con una nena durante un año y después cambiarla al año siguiente (hubiera sido interesante vivir en esa época).

Como siempre sucede, el sacerdote Valentín subió de rango a santo y se le colgaron varios milagritos para que tuviera más aceptación... o tal vez sí pasó, no me consta, no estuve ahí.

Pero al final nos situamos en febrero del 2010, estamos casi al final de un ciclo astral. Estamos experimentando la furia de la tierra y las consecuencias de años de explotación... pero aun tenemos tiempo para conmemorar a un cuate que casaba parejas en nombre del amor.

Ahora viene lo personal del post. Dependiendo del estado de ánimo en que me encuentre el 14 es si decido unirme a la celebración o no. Hacerlo por imposición, porque es tradición o porque te verías como un total amargado si no lo festejas es lo mismo que si alguien te obliga a comer sin tener hambre. Los actos de buena fé, de amor y amistad nacen del corazón (me estoy poniendo cursi) y no tienen un día para ser festejados... pero supongo que ya estamos condicionados a que sí lo tiene y es el 14 de febrero.

Bueno mis queridos compañeros mascotas pavlovianas, podría haber ido más atrás con este post y llegar a Dioniso, pero esto está bien para reflexionar por el momento.

Reportando desde mi jaula en el laboratorio de Pavlov: Gandermaster (ping) salibante

1 comentario:

Mirna dijo...

"Los actos de buena fé, de amor y amistad nacen del corazón (me estoy poniendo cursi) y no tienen un día para ser festejados" totalmente de acuerdo,es bueno ver que en eso coincidimos

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