Experiencia.
Recuerdo que hace algunos años… de hecho, hace muchos años, no sabía cómo
prender una computadora. Literal, a mis 18 años no tenía idea de cómo
prenderla, a pesar de haber tenido clases de computación en la primaria, en la
que llegábamos a picarle a MS-Dos, pero realmente no entendíamos lo que
hacíamos, sólo seguíamos las instrucciones del profesor que repetía lo que leía
de un manual. Eso con respecto a las dos clases de computación que tuve en la
primaria. En la secundaria, en el último año, tuve clase de computación,
nuevamente, pero realmente no entendí qué demonios hacíamos… volvimos escuchar
un profesor que repetía lo que venía en un manual y bla bla bla. Por cierto, en
ambas clases, cuando llegábamos al salón de cómputo las máquinas ya estaban
encendidas, así que sólo teníamos que sentarnos a teclear como autómatas.
Regresando
al tema. A mis 18 años no tenía ni idea de cómo prender una computadora. Un
compañero tenía que ayudarme con eso, así que a veces pasaba minutos eternos
frente a las computadoras de la prepa tratando de entender cómo funcionaba esa
cosa infernal… Tengo que aceptar que me costó trabajo entender al principio que
si le picas un botón al CPU la máquina inicia, que el sistema operativo se
carga solo y que el ratón te permite seleccionar y arrastrar.
Ahora manejo
una computadora como si hubiera nacido con ella y cuando pienso en la manera en
que comencé, con miedo y nervios, no puedo más que reírme de mí mismo, en
serio. Pero es bueno reírse de uno de vez en cuando.
¿A qué viene
todo esto?
Pues que al
igual que comencé desde cero con esto de las computadoras, también comencé de
cero con esto de los documentales, la producción y el cine.
No soy un
experto, para eso necesito años, pero al menos voy paso a paso haciendo que
este ideal se vuelva realidad.
Acción. El
año pasado, un grupo de idealistas nos juntamos para realizar una carpeta de
producción para entrar a un concurso en el que, de ser seleccionados,
realizaríamos un documental.
Manos a la
obra. Hicimos la carpeta, fuimos seleccionados y realizamos un corto documental
que ha sido exhibido en varias partes de la República Mexicana. Fuimos
invitados al Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Presentamos el
documental en pantalla grande en un Cinépolis de Guadalajara, tuvimos ronda de
preguntas y respuestas, sentimos el interés y la emoción de la gente que vio el
documental. Hemos estado moviendo el producto entre diversos festivales y hasta
el momento no nos han rechazado en ninguno.
Reacción.
Gracias a esa experiencia, tuve la oportunidad de hacer amigos y pasarla muy
bien. Pero además de eso, tuve la oportunidad de ampliar mis conocimientos en
cuanto a la producción audiovisual. Viendo, pude aprender las bases de la
corrección de color, la composición, la musicalización, la escritura de un
guión y prácticamente toda la preproducción. A partir de ese momento tuve más
confianza en lo que soy y lo que hago. Soy productor audiovisual y hago
documentales.
Continuación.
Gracias a nuestro documental tuve la oportunidad de tomar un curso de After
Effects y aprender las bases de la post-producción.
Siempre me
he considerado un autodidacta. Sólo necesito conocer las bases de algunas cosas
para comprenderla y eventualmente dominarla. Lo hice con Photoshop, Flash,
Premiere, Vegas, Audition, Final Cut y muchos otros programas y plataformas de
edición que tuve que aprender sin que alguien estuviera ahí conmigo
enseñándome, por eso hay muchas cosas que me falta aprender, pero hay muchas
otras que domino a la perfección. No digo que las cosas se me faciliten, al
contrario, sudo sangre cada vez que tengo que aprender algo nuevo, pero no
puedo quedarme con el “no sé, no puedo, a mí no me corresponde, no tengo por
qué aprender eso” y dejar las cosas ahí.
Todo esto me
lleva a lo siguiente. ¿Qué estamos haciendo después de haber hecho el documental?
Personalmente creo importante continuar con la labor documental, la producción,
y seguir presente con un producto nuevo que nos haga permanecer, aunque sea en
un nivel muy bajo, en la esfera cinematográfica.
Justo después
de terminar el primer documental, alguien se contactó con nosotros para hacer
otro documental. Lo hablamos, decidimos que era factible y creí que el equipo
completo estaba dispuesto a continuar unido para el siguiente proyecto.
Desafortunadamente no fue así, lo cual, no lo voy a negar, me da mucho coraje.
Pero más coraje me da el hecho de que alguien en particular se levante el
cuello y se jacte de ser cineasta y se llene la boca de palabras sin haber
sacado un producto final aparte del que ya hicimos.
Más de la
mitad del equipo ya tiene un producto nuevo, ya tenemos algo que nos indica que
la experiencia nos dio continuidad en el área. No somos personas de palabras,
somos gente de acción, y por esa razón me irrita un poco que alguien que se ha
dedicado a hablar y hablar de lo buen cineasta que es, no tenga un proyecto
comenzado siquiera.
Reflexión.
Al final me molesta esa situación, pero me molesta porque me importa. Si fuera
cualquier hijo de vecina me importaría un reverendo pepino si alguien dice o
deja de decir. Pero no, es un compañero, un camarada… hasta cierto punto es
incómodo.
Conclusión. Nada
podemos hacer por él o por los demás que no quisieron estar en este proyecto.
La invitación se hizo y al final terminamos siendo un equipo de dos que no
puede confiar en nadie más que ellos dos para tener un resultado.
Al final
tenemos otro documental. Ya lo mandamos a preselección para DOCSDF y esperamos
que supere al anterior. Al menos las primeras impresiones nos dicen eso. Lo
cual me hace muy feliz porque si dos personas pueden superar el trabajo de
cinco, entonces estoy trabajando con la persona indicada y estamos haciendo un
dueto que cada uno vale por dos.
Aquí
presento el trailer, resultado del trabajo de dos documentalista.
Mirna
Arriazola fungió como Productora, Contacto Institucional, Camarógrafa, Iluminista
y Jala Cables.
Gustavo
González disque fue Guionista, Director, Camarógrafo, Editor, Musicalizador y
Chofer.
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