No puedo continuar de esta manera...
mi cabeza no me deja en paz.
Es verdad, tengo momentos de paz, pero la necesidad de salir corriendo se hace presente de vez en cuando y siempre con mayor intensidad.
¿Cómo creerle a aquel que miente cuando jura que no está mintiendo?
Vivir en desconfianza me está enfermando... no solo mentalmente sino físicamente.
No sé cuánto tiempo pueda seguir así...
Hoy no quise verte partir.
Todos los días te levantas, te arreglas y te vas.
Hoy me abrazaste por detrás...
Es triste que tengamos que estar así para que hagas ese tipo de cosas...
... y me gustó... y lo voy a extrañar aunque nunca haya sido lo tuyo.
Hoy no quise verte partir y por eso me fui antes... y aún así te vi irte.
Parece que hoy, ni eso puedo tener.
You may don't know what are you doing...
But I know how much it hurts... how much it hurts me.
I don't know what to do...
Breathe in... breathe out...
run like hell... push ups and squats...
Think something else.
Don't look the phone.
Watch funny videos... maybe a movie.
A lot of music... but not the sad one...
Don't think about it... just don't.
But he's still here... and I'm packing my thoughts, my stuff, my life...
I don't wanna go... but I don't want to stay like this...
not like this...
not like this...
Verla prepararse para partir, cada mañana, es una delicia y una tortura al mismo tiempo.
No sé cuanto tiempo voy a soportar... lo intento. Hago un gran esfuerzo...
Mi corazón se sigue agitando pero tengo que lidiar con eso... tengo que lidiar con todo.
Y aún así, ella es la fuerte...
Y yo estoy silente y dolido.
... Y mi corazón se rompe y mi alma se parte...
Está vez por mí, por mí sentir...
Confiar es un acto de fe...
y aunque no soy muy creyente confío en ti.
Después de un largo mensaje de texto mi mente está más clara, mis sentimientos están más enfocados... mi vida sigue igual. Pero ahora la veo diferente, más que una tragedia ahora tiene tonos de comedia y épica aventura... es un reto.
Por el dolor crecemos o nos destruimos... yo estuve a punto de destruirme.
Al no estar muerto, la única opción que me queda es crecer. Mi caparazón ya me queda chico para seguir este camino. Es momento de mudar.
No soy yo...
Estoy pensando y haciendo cosas que nunca hubiera hecho.
¿Qué está pasando? ¿qué me está pasando?
¿Por qué no me reconozco en el espejo?
Nunca me había sentido así.
La agitación, el dolor, el corazón latiendo más rápido y no poder enfocar un pensamiento agradable... o simplemente un pensamiento.
¿Me estoy volviendo loco?
¿Por qué veo amenazas donde no las hay?
¿Qué está pasando? ¿qué me está pasando?
I hate drama... oh men, I really hate drama....
This isn't me...
Why the fuck is this happening to me?
Right now I don't expect you to understand how I feel or why I do the things I do...
I'm just in pain...
You may know pain... but not this one.
You may think I overreacted... but I'm as honest as I never be.
Right now I don't expect you to understand me... I just wanted you to be there for me.
Apparently... after all, I really am alone in this...
Maybe I just should walk alone again.
Maybe this is just a big lie and I don't want to realize what it is...
Todo el mundo te felicita en tu cumpleaños. Ya sea porque lo sienten o por compromiso. Lo cual está bien. Al menos te hacen saber que se acuerdan de ti o que te han visto en Facebook.
Yo no quiero felicitarte en tu cumpleaños (que lo hice y de todo corazón)... yo quiero felicitarte después...
Yo quiero felicitarte no porque sea un día especial sino porque tú eres una persona especial.
Yo quiero felicitarte todos los días que las demás personas no lo hacen...
Yo quiero felicitarte por ser tú. La original, única, indomable, latosa, enojona, inteligente, intrigosa, mula, hermosa, capaz de lo que sea por seguir sus sueños.
Yo quiero felicitarte hoy... y mañana... y siempre.
Felicidades.
Insomnio incontrolable abruma mi consciencia.
Las imágenes de lo que no vi...
pero el dolor persiste.
Mi mente vuela cual ávida golondrina por todo el lugar.
No puedo evitarlo... tú no me ayudas...
No sé que hacer... y me pierdo nuevamente en mis pensamientos.
Lenta pero persistentemente siento como estoy perdiendo la cordura.
Te amo... y no entiendes lo mucho que me duele...
No me he ido. Aquí estoy.
Después de tanto tiempo corriendo,
por primera vez no me estoy yendo...
pero entiende que no es fácil para mí...
por favor entiende que no puedo hacer solo...
... y que todos los días lloro un poco...
para no quebrarme frente a ti.
Me encuentro física, mental y emocionalmente cansado...
Pero no puedo parar. La vida sigue muy a mi pesar y necesito tiempo para lamerme las heridas.
Acostumbrarte al malestar no es una opción.
Llevo ya casi una semana de dormir solo un par de horas en la noche.
Despertar temblando y con taquicardia.
Sigo cayendo en el abismo y tus brazos no me alcanzaron esta vez.
¿Acaso no notas que aún me quiero morir?
¿Por qué soy yo el herido y eres tú quién recibe el amor que me queda?
Me gustaría ser tú... ¿Por qué no puedo ser tú?
Me gustaría que fueras yo...
Me gustaría ser yo otra vez... ¿Por qué no puedo ser yo otra vez?
Descansando sobre la cama, te veo dormir... mi corazón late un poco más rápido porque me gusta lo que veo. A tí.
Tengo que detenerme en el marco de la puerta y observarte. No es la primera vez que lo hago y no tiene nada que ver con los recientes cambios en mi vida, pero ahora es un poco diferente.
Por alguna razón te veo como si fuera la última vez que te fuera a ver y quiero quedarme con esa imagen en mi mente de ti... tranquila, hermosa, en paz.
Están a punto de cumplirse ocho años de haberte conocido.
Recuerdo haberte visto una mañana cualquiera dentro del vagón del metro en la línea naranja. De inmediato me llamaste la atención. ibas con un tipo, delgado, bien aliñado, con cara de mamón y pocos amigos... pero no me importó, yo no podía dejar de verte.
Nuestros caminos continuaron y mientras hacía lo posible por mirarte solo de reojo y pensar que eras una de muchas niñas bonitas que pasan frente a mí para simplemente desaparecer en un típico tumulto de gente apresurada, me di cuenta que bajamos en la misma estación. La verdad no me di cuenta en qué momento hiciste transborde a la línea café. Yo hice lo mismo.
Imagina mi sorpresa cuando te vi bajando del mismo convoy en el que yo viajaba y darme cuenta que saldríamos al mismo tiempo. No sé por qué pero el nervio me traicionó y tuve que caminar adelante de ti. Me hice consciente de que ibas acompañada y me sentí tonto. ¿Cómo pensar que alguien como tú podría fijarse en alguien como yo? Así que caminé más rápido. Los pasé de largo y me dirigí a mi destino... frase nunca mejor usada... ¿Quién iba a imaginar que mi destino eras y eres tú?
La sorpresa de esa mañana fue aún mayor al darme cuenta de que nos habían citado para asistir al mismo lugar, a la misma hora y la misma persona.
En un momento en que estaba hundido en una de mis más oscuras depresiones, tu fuiste la luz y la mano que me ayudó a superar los demonios de una relación pasada.
Durante años aguantaste gallárdamente a mí lado logrando ver lo que incluso a mí me cuesta ver dentro de mí.
Yo sé que nunca lo pareció y nunca lo he dicho... pero siempre estuve celoso de cada tipo que se llegaba a acercar a ti. Mi mente racional me decía que era una tontería sentir celos pero por dentro sentía una pequeña angustia que me lastimaba un poco.
Siempre te he querido para mí, solo para mí. Pero el miedo a cortar tu espíritu tan libre me hicieron callármelo todo este tiempo... porque te quiero para mí... pero te quiero como eres.
Están a punto de cumplirse ocho años de habernos conocido. Ocho años de altas que llegaron hasta el cielo y bajas que se hundían en lo más profundo del infierno.
Y al final aquí estoy, más enamorado que nunca, más expuesto de lo que jamás había estado y amando a la persona que eres... no a la que idealizo de ti... sino la que realmente eres.
Siento que me estoy tirando al vacío, siento la caída en cámara lenta y mi estómago se encoge mientras voy cayendo. Cierro los ojos y tengo miedo porque nunca había sentido esto que siento ahora. Jamás había amado con tanta fuerza y jamás había sentido tanto miedo.
Están a punto de cumplirse ocho años de que llegaste a salvarme... y solo pienso, mientras voy cayendo, que espero que tus brazos estén ahí para atraparme... una vez más.
Las sombras de la duda y la ansiedad me envuelven en su delgado y fino manto, apenas perceptible por aquellos que pasan a mi lado.
Sentir en un segundo que tu vida entera se convierte en frágil cristal y con el toque de una simple palabra se desquebraja y se riega a lo largo del piso de madera.
Pedacitos de mí desperdigados debajo de la cama, entre los muebles y algunos aventureros volando a través del balcón de mi cuarto.
Hoy me encuentro poco a poco intentado reconstruirme a partir de lo que alcanzo en el piso.
Nuevamente, a través de insufribles horas de juntar meticulosamente cada pequeño fragmento de mí, por fin puedo vislumbrar el fruto de mi esfuerzo... un montículo de polvo y cristal envuelto en un imperceptible manto sombrío de duda y ansiedad.