Hace varios meses una chica increible me dejó porque soy un patán y un culero... lo cual es cierto, no me importa.
Después de eso mi vida comenzó a cambiar radicalmente.
Me intentaron asaltar, me mandaron al hospital con una herida que casi me desangra (fue genial).
Estuve internado y aprendí que es más bonito hacerse el enfermo que realmente estarlo.
Después estuve medio mal anímicamente hablando... digo, después de todo, en una relación que termina siempre gana el que dice adiós...
Seguí con mi camino por la vida y todo era genial y rosa mientras trataba de encontrar mi motivo en la vida... de pronto los recuerdos regresaron, las noches y los días y las cosas felices y los momentos tristes... todo llegó de golpé y no pude resistirlo más.
Para colmo mi abuelo muere y me toca verlo un par de días antes en su lecho fatídico... (qué impresión... creo que prefiero morir jóven y comido por tiburones o leones o motociclistas...)
*(Lapsus) El día 21 de septiembre de 1945 yo morí... (La tumba de las luciérnagas)
Bueno, no, pero me di cuenta que aquella mujer de la que me había enamorado, se ha ido. Esa mujer que creí conocer se fue y con ella se fue mi corazón (no muy pirateado de The Libertines ¬¬). Pero así está el desmadre.
Ahora, agente libre Gandermaster, me dedico a tirar piedras en los charcos, ver las horas pasar, observar las estrellas y de vez en cuando fumarme un cigarro, tomarme una chela y salir con mis amigos. Analizo el mundo desde otra perspectiva (desde la perspectiva de los dejados...)
Me aburro entre semana, los sábados y domingos me entretengo todo el día en el IMER con gente que habla mi idioma, el hermoso idioma de la producción audiovisual, me canso, me alegro, me mantengo ocupado... y el próximo lunes tengo una entrevista de chamba que no me viene nada mal.
El mundo se sigue moviendo, después de todo seguimos caminando queramos o no.
A partir de aquí es de donde comienzo a escribir mi nueva historia... una historia sin ti, por supuesto, pero con un nuevo yo... por supuesto.
Como parte de nuestra evolución humana tenemos que dejar las capas que ya no necesitamos, hemos estado quitándonos la piel como si fueramos serpientes y este pellejo de tres años no me sirve para otra cosa que para aprender y dejar ir... hasta siempre.
Es aquí, en este punto del tiempo y el espacio donde realmente inicia mi vida sin ti... el último sueño que tuve contigo murió y ahora siguen los sueños que tendré con las demás...
Por cierto, quemé las cartas y regalé los peluches... y no fue por diversión.
