viernes, abril 06, 2012

LA PASTA PARA SUSTENTARLOS...

He estado pensando durante largo tiempo qué es lo que voy a escribir. ¿Qué es lo que quiero escribir y cómo lo voy a escribir?

Cuando recién abrí este blog, hace ya más de siete años, apelaba mucho a la nostalgia. Escribía sobre las cosas que nunca fueron, que no quisieron o no pudieron ser. Prácticamente todos mis escritos de antes del 2008 se fueron al carajo por un error, y la verdad me duele porque tenía cosas muy buenas.

Quisiera decir que con el tiempo he ido puliendo mi manera de escribir, pero la verdad siento que con el tiempo voy escribiendo peor. Solía tener un estilo que ya no veo en mis posts actuales… de hecho ya sentía esto desde mucho tiempo antes… y me di cuenta de eso justo después de haber entrado a la carrera. Quise escribir como periodista, investigador, científico social… pero no soy nada de lo anterior y menos puedo escribir como alguno de los anteriores. Yo era un mentiroso, un cuentacuentos que veía en cada esquina la oportunidad de desarrollar una elaborada falacia para el entretenimiento personal. Pero ahora ya no veo esos cuentos, no sé si es porque se fueron o porque realmente perdí la capacidad de verlos… el caso es que para mí ya no está ahí.

Hace un par de días me encontraba pensando, precisamente, en todos los pasos que habían llevado a que estuviera en este momento, en este lugar en el espacio y en el tiempo. Todas las decisiones, independientemente si eran correctas o incorrectas, al final todas ellas habían desembocado en el Yo del aquí y del ahora.

Si no hubiera ido a una escuela religiosa seguramente no tendría el bagaje cultural que muchos católicos/cristianos ya quisieran, al menos para saber por qué celebran ciertas fechas o por qué realizan ciertos ritos. También tengo que decir que de no ser por esa escuela lo más seguro es que ni siquiera hubiera entrado a la universidad.

Mucho tiempo me lamenté el hecho de que no me hubieran elegido en el Instituto Mexicano de la Radio para laborar con ellos en el área de producción, en ese momento no me di cuenta pero de haberme quedado ahí, lo más seguro es que nunca hubiera realizado un documental que anda dando la vuelta a la República Mexicana… si tan solo me diera también algo para comer entonces sería un 10 perfecto… pero no hay perfecciones en esta vida.

Básicamente todo culmina con el documental. Podría decir que si hubiera hecho tal o cual cosa o si no hubiera ocurrido X o Y situación no hubiera culminado en el documental que tengo al día de hoy. Pero hay un apartado especial en mi vida que me alegra que haya pasado. Si mi novia anterior no me hubiera terminado al darse cuenta de que soy la peor persona de la galaxia no hubiera llegado a mi vida la mujer más increíble que he conocido, no hubiera viajado a muchos lados que no tenía pensado viajar y no hubiera hecho muchas de las cosas que hasta ahora he hecho… incluido el documental… y básicamente no sería un ente feliz la mayor parte del tiempo.

Ahora, básicamente mi malestar es el hecho de que mis recursos económicos caminan por la tierra de los números rojos y ningún documental me va a dar de comer, va a pagar el teléfono o me va a servir para comprar un boleto del metro…

Todo se vuelve un círculo vicioso. Sin un trabajo remunerado no puedo invertir en producción, sin inversión no hay trabajo, sin trabajo no hay ganancia y sin ganancia no hay dinero.

La moraleja del cuento es que no se puede vivir del cine cuando eres un don nadie.

Me quedo con la frase que Krusty le dice a Bart cuando están subastando sus cosas: ”De qué sirven los sueños si no tienes la pasta para sustentarlos”.

UNA DE MUCHAS HISTORIAS: IMANES

Hoy vengo a contar una de muchas pequeñas historias. Esta historia comienza hace diez años. Un chico deprimido que intentaba salir de su e...