Esta es una continuación del post anterior, el cual por funcionalidad dramática debería estar arriba de este, pero no lo está, así que sería buena idea leer el anterior para poder seguir con éste.
Levantarse todos los días temprano, ir a la escuela, regresar, comer, ver la tele, hacer tarea (o no), desvelarse y dormir para volver a levantarse e ir a la escuela... Así era mi vida desde que tengo uso de razón.
Cuando fui un imberbe pre-puberto de 10 años, soñaba con ser médico. Poco a poco ese sueño se fue transformando en algo diferente. Lo siguiente que recuerdo en cuanto a mis aspiraciones frustradas era ser abogado... afortunadamente no seguí con esa idea.
Durante mucho tiempo estuve sin una vocación en la mente. Realmente nunca supe lo que quería ser o hacer... hay días en los que me doy cuenta de que sigo sin saber.
Al momento de ingresar a la universidad iba decidido a ser periodista, dos años después estaba escogiendo una opción terminal totalmente diferente a lo que se había planeado. Soy comunicólogo (más o menos), pero mi tendencia es la Producción Audiovisual... (y producir caca también).
Durante todo el tiempo que llevo viviendo he caminado con bandera de duda, porque me ha sido difícil definir qué demonios quiero de mi vida. ¿Levantarme todos los días para ir a trabajar a la misma oficina durante años y años para terminar viejo y cansado, con una familia, un perro o gato y una renta que cubrir? ¡Safo!
A veces pienso que la finalidad absoluta del ser es lograr disfrutar el entorno en el que se desarrolla, el lugar donde vive y las cosas que hace... pero qué se hace cuando esto no sucede... ¿te mueres? Bueno, de cierta manera sí, por eso se habla de personas que están muertas por dentro...
¿Dónde está la felicidad? La felicidad está en las pequeñas cosas que haces, "No hagas lo que amas, ama lo que haces" dicen, pero donde estoy, haciendo lo que hago, no me siento feliz... sin embargo no puedo irme... disyuntivas de la vida en sociedad, regala tu trabajo o cobra poco pero consume mucho... "y poco a poco se va muriendo la creatividad que solía caracterizar al viejo rey...".
Al final, no estoy salvando vidas en algún país tercermundista (ni ahí ni en ningún lado), no soy el abogado de los pobres y no escribo columnas para ningún periódico. No soy rockstar ni tengo un trabajo que me remunera miles y miles de pesos por catorcena. Lo único que me queda es un montón de sueños que se quedaron en eso, en sueños.
Obviamente estoy hablando de lo que hay dentro de mí... porque en el aspecto externo hay muchas personas que estoy seguro que darían el brazo derecho por un servidor... o el izquierdo si son zurdos. Pero internamente siento que hubo un punto en la vida en que comencé a caminar para atrás... y ahora estoy llegando a otro lado que no es el punto de partida... y me aterro.
No me quejo de la vida, la vida es maravillosa, es un regalo increíble... me quejo de mí.
Reportando desde el segundo recinto del séptimo círculo del infierno: Gandemaster
